El gran éxito evolutivo
A menudo pasan desapercibidos, pero sin duda comienzo a percatarme del gran éxito evolutivo que han alcanzado estos «pequeños» animales. Mires donde mires, hay artrópodos. Sus formas son increíblemente variadas y diversas, y tienen prácticamente una respuesta para cada pregunta sobre la evolución que nos podamos plantear. Antes de nada, quiero dejar bien claro que no soy ningún experto en artrópodos, pero precisamente por ello quiero trasladaros el por qué cada día me fascinan más.
Es lógico obviar lo minúsculo, aquello tan pequeño para ser apreciado. Yo mismo lo ignoraba hasta hace poco tiempo. Pero gracias a un regalo de cumpleaños de mi familia, se me abrieron las puertas a un mundo increíble. Se trataba de una cámara de fotos, concretamente la Olympus Though TG-6. Era un cámara pequeña, compacta y que apenas tenía zoom. Pero tenía un modo fotográfico digno de National Geographic, una gran capacidad fotográfica para capturar el mundo macroscópico. Con la cámara en mano y nuevas amistades en mi nueva ciudad de acogida, empecé a ver el «pequeño gran mundo«.
Artópodos o arthropoda
La palabra artrópodo proviene del griego, y literalmente significa pie articulado. Son sin competidor cercano el grupo más diverso de todo el planeta. Y para ilustrar esto, nada mejor que un dato: representan el 80% de las especies animales descritas. Se tiende a pensar que este mundo está regido por mamíferos, aves, reptiles… tal vez porque son más visibles, pero nada más lejos de la realidad. Si algún grupo taxonómico se tuviese que llevar el Oscar a la mejor actuación en este planeta que llamamos Tierra, «The best performance«, siempre se lo llevarían los artrópodos. Ellos dominan el reino animal en la Tierra y han conseguido adaptarse a cualquier condición ambiental por adversa que nos parezca. Y cuando nosotros desaparezcamos junto con el resto de animales grandes, ellos serán los absolutos protagonistas del filme.

Forman parte de los artrópodos prácticamente cualquier animal a los que comúnmente dedicamos un:Dentro de los artrópodos entra prácticamente cualquier animal a los que comúnmente hacemos referencia con un: «Buaj… ¡Un bicho!«. Si le puedes dar este calificativo, probablemente se trate de un artrópodo. En el mismo saco entran las arañas, los ciempiés, los milpiés, las gambas, los cangrejos, los esacarabajos, libélulas, colémbolos y un sinfín de grupos más. Los hexápodos, poseedores de seis patas, son los más diversos y abundantes en nuestro planeta y son los que realmente se conocen como insectos.
¿Cuál es el origen de los artrópodos?
Desde hace mucho tiempo, estos increíbles organismos pueblan la Tierra. Aunque las dataciones resultan más borrosas conforme retrocedemos hacia el pasado, se han encontrado fósiles de hace entre 550 y 530 millones de años con grandes indicios de ser el periodo en el que fueron apareciendo los primeros grupos basales de estos organismos. Sé que es una cifra difícil de comprender, pero los primeros dinosaurios tardarían aún unos 220 millones de años en aparecer tras el origen de los artrópodos.
Estos fósiles eran marinos y apuntaban una futura explosión de biodiversidad poco comparable con otros eventos. Tras la conquista del mundo terrestre, estos organismos se adaptaron a volar, cavar, correr, saltar, reproducirse eficazmente y a vivir en todo tipo de condiciones.
Se suele afirmar que la conquista de lo terrestre la llevaron a cabo los tetrápodos, los animales con cuatro patas. Tiktaalik, un pez pulmonado capaz de moverse torpemente por la superficie se lleva frecuentemente el mérito de esta gran hazaña que supone la colonización de las tierras emergidas (busca en Google «primer animal terrestre»). Sin embargo, para cuando los aparatosos tetrápodos quisieron echar un vistazo a qué había fuera del agua, los artrópodos hacía millones de años que se habían diseminado por toda la Tierra.

¿A qué deben su éxito evolutivo los artrópodos?
Posiblemente el momento de su origen tuvo mucho que ver con su posterior triunfo. Se adelantaron al resto de clados (grupos emparentados) animales y fueron los primeros en casi todo. ¿El por qué de su temprano origen? Bueno, la evolución tiene cierto componente azaroso. La selección natural determina si una estructura generada por deriva genética, mutaciones aleatorias y/o azar funciona o no. Los artrópodos acertaron pronto, dieron con la clave que les desbloqueaba un camino lleno de posibilidades.
Esta innovación clave, según el artículo de Vannier et al. (2014) publicado en Nature, parece ser el desarrollo de un sistema digestivo complejo y eficiente, que les pemitió explotar una gran cantidad de recursos nuevos. Compraron un boleto de lotería caro de mantener, con un sistema digestivo aparatoso y que precisaba de altos aportes metabólicos. Sin embargo, acertaron.
Recordemos que, aunque los aparatos digestivos puedan ser mejores en la actualidad, la innovación tenía que compararse con sus coetáneos, además de enmarcarse en las condiciones climáticas de aquella época. Todo ello hacía de aquellos sistemas digestivos una verdadera maravilla biológica de la época.

¿Por qué me fascinan tanto?
Estos pequeños seres han sido capaces de dialogar con la selección natural, de responder a la evolución. Me explico. Los artrópodos han sido el mayor experimento de prueba y error para comprobar qué funcionaba y qué no para la vida tal y como la conocemos. Desde cañones de ácido que surgen del final de sus abdómenes hasta comportamientos puramente sociales (p.e. hormigas y termes). Parad a pensar por un momento, ¿cuan pobre sería nuestro conocimiento sobre las posibilidades de la vida animal si no fuera por los artrópodos? La tremenda diversidad del filo y sus grandes números, hace que prácticamente todo esté por descubrir aún, y no puede ser motivo más atractivo para quien persiga una vida de exploración y conocimiento.
En ellos puede estar el fin del hambre en el mundo (sí, estoy sugiriendo su ingesta) y quien sabe si la respuesta al cáncer o el descubrimiento de nuevos fármacos. Lo que parece indudable es que cada vez serán objeto de más investigaciones
Nosotros sin los artrópodos…
Sus colores, formas, tamaños, comportamientos… Hay tantos y tan distintos, que cuesta imaginar uno que NO exista. Pero otro gran punto a favor de nuestros pequeños amigos es el tremendo papel que desempeñan en el desarrollo del resto de vida. La polinización. Sin ellos no habría manzanas, naranjos, fresas, almendras, aguacates, nísperos, bayas, frambuesas… (cojo aire…), arándanos, limones, peras, moras, kiwis… Vale, creo que ya os hacéis una idea. Además, también materias como la seda son productos obtenidos gracias a la existencia de los artrópodos. En otra línea más burda, sin mosquitos atrapados en ámbar del Jurásico no existirían taquillazos de Hollywod como Parque Jurásico, ni la película bichos que tanto nos enseño sobre el capitalismo… Con todo esto pretendo hacer ver que su existencia está mucho más presente en nuestras vidas de lo que pensamos, y que sin ellos no seríamos (así, a secas).
Sin duda alguna, yo los veo como un enorme e intrigante campo de estudio que espero poder explorar durante mi trayectoria académica, pero cada uno de vosotros podéis extraer aquellos aspectos que más os gusten de ellos, que espero que con el paso del tiempo sean cada vez más.

Los insectos en la cultura
Aunque ciertamente otros artrópodos han tenido notable influencia en multitud de sociedades, son los insectos los que más han cautivado la atención de los seres humanos durante milenios. Los propios celtas ya otorgaban cierto rol místico a los grillos. Para ellos, la aparición de grillos en las casas, era una manifestación de presencia de sus familiares difuntos. En Japón y China, este mismo organismo, augura buena suerte y prosperidad, mientras que en lugares de Europa se percibe al grillo como un ente sabio e intuitivo. En el famoso relato italiano de Carlo Collodi, «Pinocchio«, quien era propenso a la mentira, seguía las sabias indicaciones de un grillo. Este se encuentra cargado de simbolismo en la actualidad, pero también lo hacía hace 14.000 años. Fragmentos de hueso encontrados en Francia cuentan con las representaciones más antiguas de insectos, precisamente, grabados de una especie de grillo.
Incluso si me permitís retroceder más, en los propios albores de la humanidad, los insectos han jugado un papel decisivo en el desarrollo de las sociedades tal y como las conocemos. Los ectoparásitos que poblaban los pelajes de los homínidos tempranos, generalmente artrópodos, fueron uno de los principales alicientes para las interacciones sociales, dónde los miembros del grupo pasaban gran cantidad de tiempo desparasitando a sus congéneres a cambio de favores sociales o comida. Este tipo de interacciones, inducidas por los parásitos, podrían haber cimentado las bases de las relaciones sociales jerarquizadas que hoy nos identifican, caracterizando por completo el estilo de vida de una especie entera.

Los egipcios y los insectos
Para los egipcios, escarabajos metalizados encarnaban deidades como Neith o Osiris. Las abejas incluso tenían su propio icono en los jeroglíficos que decoran la mayoría de construcciones del antiguo Egipto, y diferentes especies de ortópteros eran plasmados en joyas preciosas de la época. La diversidad de insectos que aparecen en las diferentes culturas humanas es enorme y fascinante, y por no excederme en la extensión de esta entrada, os invito a que leáis este increíble artículo de Kritsky y Smith (2017).
Si no os caen bien los artrópodos, os animo a cambiar la percepción sobre estos pequeños animales y empezar a fijaros en lo asombroso de su biología, en aquello que la gente no presta atención. Porque una vez descubierto el pequeño mundo, veréis el gran mundo mucho más grande que antes.
Divulgación de bichos, insectos y otras pequeñeces
Tanto desde la web de LaCafeDeBio como desde la cuenta de Instagram de @lacafedebio espero poder dar más a conocer a estos pequeños y curiosos seres, por lo que os animo a echarle un vistazo y seguir la cuenta para más información sobre el mundo animal. Espero que hayáis disfrutado la entrada tanto como yo he disfrutado haciéndola, y si así ha sido, ayudaría mucho que compartieses la entrada en tus redes. Si queréis seguir conociendo más sobre nuestro increíble planeta y sus habitantes, tengo otras entradas que te pueden interesar aquí.
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Agradecimientos
Agradezco enormemente y de corazón los consejos y sugerencias de cambio de un gran divulgador como Juan Carlos. Podéis estar al tanto de sus andanzas en Twitter como @ApuntesCiencia o en @Naukas_com.
Bibliografía
Foottit, Robert G; H. Adler, Peter (2018). Insect Biodiversity (Science and Society) || Insect Biodiversity in Culture and Art. , 10.1002/9781118945582(), 869–898. DOI: 10.1002/9781118945582.ch29
Vannier J, Liu J, Lerosey-Aubril R, Vinther, J, Daley, A. C. (2014). Sophisticated digestive systems in early arthropods. Nature communications, 5(1), 1-9. DOI: 10.1038/ncomms4641
Jih-Pai Lin, Samuel M. Gon III, James G. Gehling, Loren E. Babcock, Yuan-Long Zhao, Xing-Liang Zhang, Shi-Xue Hu, Jin-Liang Yuan, Mei-Yi Yu & Jin Peng (2006) A Parvancorina-like arthropod from the Cambrian of South China, Historical Biology, 18:1, 33-45. DOI: 10.1080/08912960500508689